domingo, 9 de septiembre de 2012

Nuevo número de publicación "Comunismo Difuso"

Comunismo Difuso 2&3 ya en las calles y en la web...
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Comunismo Difuso 2&3
Comunismo Difuso 2&3 (páginas enfrentadas)

“¿Por qué hablamos de un Comunismo Difuso?

…La solidaridad, la cooperación, el apoyo mutuo y las relaciones igualitarias interpersonales en todas las esferas de la vida, se encuentran en la esencia de lo que históricamente ha sido denominado como comunismo. No son obra particular de ningún grupo determinado o de alguna iluminada mente filantrópica, sino que constituyen tendencias histórico-sociales en la especie humana con un robusto fundamento biológico. Es decir, el comunismo es inmanente a la humanidad desde sus orígenes, y durante gran parte de su historia ha sido prevaleciente. De lo anterior no se desprende, sin embargo, que siempre hayan imperado estas relaciones de cooperación dentro de las sociedades humanas. Con la irrupción de las clases sociales y el Estado y, por tanto, de la explotación y opresión de un grupo social a manos de otro, las formas comunistas (anti-autoritarias) de relacionarse se ven reducidas y sistemáticamente atacadas, pues se encuentran en franca contradicción con la existencia misma de una sociedad escindida en clases, fundada en la alienación humana respecto a su producción material y su conciencia. Especialmente, en el sistema clasista capitalista –que actualmente padecemos– la solidaridad y cooperación se ven fuertemente disminuidas por el enaltecimiento de la competencia y el individualismo egoísta, pues estos últimos son fundamentales para la continua acumulación de capital en manos de la burguesía, lo que a su vez repercute en una cada vez más intensa explotación de la fuerza de trabajo humana (del proletariado) y mayor destrucción del ambiente en el que transcurren nuestras vidas. A pesar de esta permanente represión directa y/o “invisible”, las clases explotadas y oprimidas, que siguen de forma velada conservando las relaciones comunistas en muchos momentos de su vida cotidiana, y que son las verdaderas constructoras de toda obra humana, se han levantado -en distintos lugares y momentos históricos- contra la imposición de estas condiciones alienantes: se han constituido en movimiento real que subvierte las condiciones existentes, aunque no han logrado, por distintas razones (que deben ser profundamente estudiadas y discutidas), hacer perdurables y/o extender sus triunfos. De todas formas, lo que nos demuestran estos alzamientos y procesos revolucionarios, es que el comunismo existe hoy, difuso, en potencia, dentro de la sociedad de clases. De ahí que hagamos mención a un “comunismo difuso”, en contra de aquella visión mecanicista que eleva al comunismo a la categoría de paraíso idílico, alejado históricamente de nuestras vidas. Nosotros lo entendemos como una posibilidad y necesidad real, hoy. Pero tampoco hacemos apología a su actual grado de atomización. Al contrario, lo reconocemos ahora, encarnado en proyectos parciales, pero comprendiendo que la única forma de extenderlo es reforzarlo y transformarlo en fuerza concreta y hegemónica, construirlo en acción conciente de las clases explotadas y oprimidas, en lucha directa contra el capital y toda forma social clasista”….

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